lunes, 30 de mayo de 2022

PREMIO RELATO CORTO CATEGORIA ALUMNADO

 Mar


- Y volver, e irse y volver, e irse y volver a volver y volver a irse – susurré – no

quiero eso, estoy bien aquí, no quiero repetirlo.

Cuando miro al mar, se ve fácil, volver e irse y volver, pero yo no quiero volver.

El cosquilleo de la arena seca y caliente en los pies, son como millones de minúsculas

hormigas maso terapeutas. Y el pie adentro y el pie afuera recto hacia el mar, para

encontrarse con la espuma que a penas llega a abrazar a las hormigas. Sube por mis pies y

me hiela, me hiela de a poquito. Bajando el sol el mar sube y subiendo la luna, se embrava.

Primero me intentó echar, golpeó mis rodillas, como látigos con un leve picor y al irse la

luz, entró en mis caderas. Quería botarme, pero mis pies, que apenas sentía se agarraban a

la arena.

Entonces brava se quiso apoderar del extraño ser terrestre que perturbaba un espacio de

ella, la mar.

Abrazándome hasta el pecho con mi cuerpo ya helado y los dedos de las manos envejecidos

y los pies devorados por la fina piedra pulida que actúa de tierra, enraizada me hacía arena

y me hacía mar.

Olí una ola y la saboreé, salada y picante. Me llené de mar, me sentí plena. El líquido se

hacía parte de mí mientras miraba el negro horizonte; mis pulmones se hacían branquias y

mis brazos algas. Lentamente, las hormigas subieron envolviéndome entera y luego, nada,

ya no veía. Solo sentía mi cara fría, mis pestañas húmedas, mi nariz morada, mis labios

hinchados, mi boca seca, y escuchaba el mar a lo lejos como si mis oídos estuviesen

encerrados en un cajón. Solo mi coronilla miraba aún al negro cielo. Pero yo ya no era yo,

mi cuerpo ya no era cuerpo, era espuma y algas y arena y peces y rocas y conchas y mar y

mar y mar.

Volví para abrazar la orilla.


Valentina  García Saquel

1º Bachillerato C


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